10 Ene ¿Qué significa educar?
¿Qué significa educar? Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua española significa:
-tr. Dirigir, encaminar, doctrinar.
-tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejemplos, ejercicios, etc. Educar la inteligencia, la voluntad.
-tr. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin.
-tr. Perfeccionar o afinar los sentidos. Educar el gusto, el oído.
-tr. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.
¿Y para ti? ¿Qué significa?
Podemos entenderlo desde muchos puntos de vista, ya sea como la educación de forma institucional, ya sea ese curriculum oculto que se produce con nuestros alumnos mientras compartimos los conocimientos de una materia o ya sea en un sentido más personal, la forma que nos caracteriza a la hora de interactuar con nuestros hijos, nietos, sobrinos, primos o cualquier otra interacción entre seres humanos.
En este caso, vamos a coger el último significado, es decir, ese tipo de educar que tiene lugar en medio de la familia, los amigos, en un contexto informal. Por desgracia (o por enorme suerte) siento que muchas de mis ideas educativas se han puesto en tela de juicio durante el último año. ¿Te imaginas lo que significa semana a semana tragarme mis opiniones, mis pensamientos, mis ideas y ponerlas todas en cuarentena? No sé si te lo imaginas pero para mí, que muchas veces me enamoro de las ideas, ha sido bastante duro.
No sé si es porque he ido leyendo información al respecto, si es porque he escuchado a muy distintos profesionales o si estos cambios en mi mente empiezan a producirse porque la vida de mis pequeños empezó unida a varias máquinas y al deseo de sobrevivir, pero sea como sea, muchas de mis ideas sobre cómo “iba a educar”, no se corresponden con la realidad que estoy viviendo.
Comparto contigo algunas de esas piezas que forman parte de mi puzzle de educar actual:
– Dormirlos al brazo: Siempre pensé que cuando tuviera hijos los dormiría en su propia cuna o su propia cama pero cada noche me pillo a mí misma durmiéndoles al brazo mientras me miran y les canto “nuestras” nanas.
– Dejarles dormir en mi cama:Siempre pensé que no pasarían la noche en mi cama pero cada mañana me despierto con alguno de ellos con su nariz pegada a la mía y con una sonrisa que no se puede describir.
– Darles de comer lo que quieren, en cuanto a cantidad: Siempre pensé que yo decidiría su comida. Es cierto que de momento decido en gran parte cuáles son los alimentos que necesitan, pero en cuanto a cantidades, suelen ser ellos los que marcan los límites.
– Cogerles en brazos: Siempre pensé en esa frase de “que los niños se acostumbran a que los cojas en brazos” pero la verdad es que quien se ha acostumbrado soy yo misma. Disfruto de llevarles en brazos, de sentir su corazón tan cerca, de notar como esa costumbre se convierte en verdadero placer mutuo. Muchos días me siento como esa imagen de Julia Roberts en Erin Brockovich…jajaja
– Dejar que decidan ellos cuándo caminan: Siempre pensé que para que caminaran había que estimularles, activarles de algún modo, pero me di cuenta de que son ellos quienes sienten cuando su cuerpo está listo para ello.
– Darles el pecho más allá de los 12 meses: Siempre pensé que lo más probable es que los alimentaba con biberón para poder compaginar con mi vida profesional. Pero no, su vida empezó con dificultades y lo único que podía aportarles en ese momento era mi alimento, y mi cariño. Y pasan los meses y continuamos compartiendo ese tipo de momentos.
– Darles a probar un helado: Siempre pensé que en su primer año de vida no les daría a probar ciertas cosas como los helados. Y no es que lo haga muy a menudo pero cuando he visto esa mirada de “comparte un poco mamá” no he podido resistirme a compartir el placer de algunos placeres de la vida.
– Hacerles dormir en medio de risas: Siempre pensé que para hacerles dormir había que ir relajándoles, calmándoles, acercándoles al sueño, pero me di cuenta un día que la risa era igual de relajante. Son muchas las noches que antes de cerrar los ojos, lo último que hacen es reír a carcajadas.
No sé a ti, pero a mí me cuesta atreverme a definir algo que se construye cada día, que toma distintas formas en función del momento, de la situación, de su mirada o de su risa. Igual no lo estoy haciendo bien “según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española”, pero intento que sean felices. ¿Será eso “educar”?
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
Beatriz
Posted at 20:12h, 10 eneroYo como madre desde hace 19 y 11 años respectivamente siempre he pensado que los niños no vienen con un libro de instituciones, que no es que se nos cuestione nuestra forma de educar sino que nos dan consejos a veces en situaciones que otros padres y madres han vivido…esto es como todo,algunas veces funciona y otras veces no. Ya cada uno es libre de tomar el consejo o no. También creo ,según mi experiencia que educar se basa en la calidad de los momentos que viven tus hijos…tanto con la familia,amigos y demás…y sobre todo con los padres , yo no he tenido tanta suerte al trabajar y estar con ellas todo lo que quería. Pero creo que son buenas niñas…y si los consienten y eso…que más da…ya sabéis que los padres dirigimos…los tíos y abuelos consienten…y así será. Espero haber ayudado.