20 Jul Pautas para hacer que un castigo sea efectivo
¿Castigos sí o castigos no?
Justo con esta pregunta iniciamos el Post de la semana pasada. Como vimos, aquello a lo que hemos llamado «castigo» durante mucho tiempo puede tener un efecto muy importante sobre el aprendizaje de nuestros alumnos. Pero también vimos que el término «castigo » ha sido tan sobreutilizado que tiene demasiadas connotaciones negativas por lo que considero que es mucho más útil utilizar la expresión «tener consecuencias».
De este modo el castigo (o las consecuencias) puede proporcionarnos, como veíamos en el post anterior la posibilidad de pararnos a analizar y reflexionar la situación que hemos vivido, aprender que nuestras acciones afectan a otras personas y pueden ayudarnos a desarrollar nuestra creatividad, nuestra personalidad o incluso a valorar a las cosas y a las personas.
Pero para que tenga estos efectos positivos necesitamos que se cumplan una serie de requisitos o pautas a la hora de crear estas consecuencias:
•Las consecuencias negativas deben de estar previamente expuestas, es decir, tiene que haber un aviso previo. La persona que se va a ver afectada por ellas, tiene que ser conocedora de las mismas antes de realizar la conducta. Si no es así, podemos tener la sensación de injusticia. Por ejemplo, en el contexto de la conducción no somos sancionados por capricho de un profesional de la seguridad sino que cualquier sanción sigue al incumplimiento de una norma que debe ser conocida. Por este motivo, antes de pasar a sancionar se crean campañas de información y concienciacion de modo que si nos saltamos una norma seamos conocedores de las consecuencias.
•Cuando se incumple el acuerdo, hay que aplicar las consecuencias. Hay situaciones en las que nos puede «saber mal» aplicar el castigo y preferimos volver a avisar. El problema es que en este punto nos relajamos pensando que si no se ha aplicado ahora, igual tampoco se aplica la próxima vez. Por ejemplo, un padre puede decirle a su hijo que hasta que no acabe los deberes, no saldrá a jugar pero después le sabe mal y le levanta «las consecuencias». Esto hará que el niño considere que haga lo que haga va a salir a jugar por lo que el próximo día es muy fácil que vuelva al incumplir el acuerdo.
•Es útil que la persona que va a recibir las consecuencias participe en el establecimiento de las mismas. De este modo, sentirá que el acuerdo es más justo por lo que se adaptará a lo acordado. Por ejemplo, si los alumnos participan aunque sea en parte de los criterios de evaluación, surgirán menos conflictos y quejas a este nivel.
•Es importante que seamos capaces de extraer un reconocimiento positivo de la conducta que consideramos equivocada. En general, la vida no se estructura entre el blanco y negro, ni entre el premio y el castigo por lo que incluso en situaciones donde aparecen conductas sancionables pueden aparecer algunos aspectos a reconocer positivamente. Por ejemplo, como vimos en el post de “Castigo con sabor a 4 estaciones” en el que vimos que puede ser realmente constructivo reconocer los puntos en los que hemos fallado y los puntos en los que hemos acertado.
•Adaptada a los efectos que ha producido para sí mismo y para otros. Para que las consecuencias sean aceptadas, deben de ser proporcionales a los problemas causados para otras personas o incluso para ti mismo. Por ejemplo, no puede tener las mismas consecuencias que un alumno olvide en su casa un día sus tareas o que un alumno esté machacando día a día a un compañero física y psicológicamente de forma reincidente.
•Planteada con seriedad. Cuando hablamos de seriedad no nos referimos a perder las formas sino a plantear las consecuencias de una manera clara, concreta y que exprese seriedad por nuestra parte. Desde mi punto de vista el grito, el enfado o las malas formas pueden ser contraproducentes en este tipo de situación.
Seguro que hay otras pautas que pueden resultarnos útiles, pero al menos la aplicación de estas 6 pautas nos dará la posibilidad de que las consecuencias tengan un efecto real sobre nuestra conducta y nos permitan aprender todo lo posible sobre la misma que al fin y al cabo de eso trata el termino tan bonito de formar.
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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