09 Mar Dar patadas en el culo a los alumnos – primera parte
Posiblemente a ti te paguen para dar clases de matemáticas, para entrenar a un equipo de fútbol, dar clase de derecho, de medicina o incluso de francés. A mí no, a mi pagan para dar patadas en el culo. Patadas suaves, delicadas pero contundente a su vez. Patadas que cambien vidas y que hagan cambiar aquellas vidas que quieran ser cambiadas.
Y no, no te asustes, no me estoy refiriendo a agresiones físicas que produzcan moratones en la piel de nuestros alumnos, sino «patadas» que hagan click en sus mentes.
Así empezó una de mis clases el pasado viernes.
En uno de los proyectos de formación y cambio que actualmente llevamos en nuestro equipo, nos encontramos con jóvenes entre 18 y 30 años que están en búsqueda de empleo. Hay un dato muy curioso de este tipo de grupos: antes de llegar a la formación (y “activación”) que comparten con nosotros han pasado meses o incluso años buscando trabajo. Bueno, este es un concepto que podríamos debatir porque muchos de ellos entienden que “buscar trabajo” significa “navegar por Internet a ver si cae algo o esperar a que alguien me llame a casa para ofrecerme algo interesante”.
Pero claro, pierden de vista muchas veces que los procesos de selección no solo ocurren en una entrevista a puerta cerrada en las instalaciones de una consultora o de una empresa. Lo curioso, es que no se dan cuenta hasta que pasan por procesos de selección todos los días de su vida. Y nuestras aulas, al fin y al cabo, pueden ser uno de esos importantes procesos ya que por nuestras manos han pasado cientos de procesos de selección en los últimos años.
El viernes pasado, iniciaba un módulo para mejorar sus habilidades de Hablar en Público. La hora de inicio eran las 9 de la mañana y de un grupo de 18 personas, tan solo tenía a 4 personas en el aula. Para ellos es algo habitual, pero es en ese punto en el que profundizamos una hora más tarde cuando ya estaba la mayor parte del grupo:
“Chicos, vosotros creéis que los procesos de selección ocurren en las empresas después de que enviéis vuestro CV pero estáis muy equivocados en ese punto. Cada persona con la que os cruzáis cada día en un ascensor, en el supermercado o en esta clase podría ser un futuro empleador y no os dais cuenta de las oportunidades que perdéis. ¿Creéis que yo recomendaría a alguien que no es capaz de gestionar su tiempo para estar en clase a las 9 de la mañana? Posiblemente no me atrevería. Muchos de vosotros decís que no encontráis trabajo, ¿pero hacéis todo lo que está en vuestras manos, todo lo posible desde lunes a domingo? ¿Estáis seguros que no pasáis gran parte de vuestro tiempo viendo las series de moda o durmiendo? Igual tenéis que empezar a dejar de echar la culpa a la sociedad, a vuestras familias, a la crisis o al mundo en general y empezar a ver qué parte de responsabilidad tenéis en ello. Os daré un simple dato más: en los grupos anteriores que han pasado por este curso vuestros compañeros llegaban también sin trabajo y enfadados con el mundo. Al acabar la formación, en menos de 4 semanas, el 50% de ellos está trabajando en puestos que se corresponden a sus inquietudes. ¿Cómo explicaríais estos datos?”.
Me miraban mientras pegaba todas y cada una de estas “patadas en el culo”. Ahí, en silencio, con miradas directas, sin mirar sus conversaciones de Facebook o WhatsApp, algunos con caras de enfado, otros mordiéndose la lengua para no saltar y decirme que no tengo ni idea de sus realidades, otros pensativos, pero todos ellos sintiendo una tras otra las provocaciones.
Y si, cuando llega el silencio, algún valiente se atreve a hablar, pero no para reflexionar solo para “defender al pueblo”, para defenderse o justificarse, para decir que él o ella no es de ese tipo de personas que acabo de describir o incluso para decirme directamente sin tapujos: “nos habían hablado muy bien de ti como formadora, pero lo que nos acabas de decir lo pone en duda”.
Justo ese instante, es el momento de riesgo, de adrenalina pura, momento en el que sé que esas “patadas” han hecho efecto, que algo han movido, que les han picado y justo en ese instante sé que me quedan 14 horas por delante para revolucionar sus mundos, sus mentes, sus ideas y permitirles que de una vez por todas empiecen a dirigir sus vidas hacia donde realmente desean.
¿Te apetece que te cuente el final de la historia?
Déjame que pasen esas 14 horas y en unos días te doy números, resultados, efectos y consecuencias de exponerte al riesgo de este modo.
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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