17 May No hay alumnos malos, sino profesores incompetentes

No hay alumnos malos, sino profesores incompetentes

Si eres un docente posiblemente estés en total desacuerdo con el mismo título de este post, que por cierto puede ser un tanto provocador. Si eres un padre posiblemente estés encantado con el título del mismo. Y si eres un alumno posiblemente te sonrías pensando…¡Si ya lo decía yo!

Yo siento formar parte de esas tres figuras pero en este caso te hablaré como docente, formadora, maestra y entrenadora que soy y he sido en muchos campos y contextos distintos.

Durante mucho tiempo pensé que había alumnos que realmente eran «malos» (con esta etiqueta me refiero a complicados, retantes, maleducados, problemáticos o de los que no se podía sacar demasiado). Así sentí que mientras Estudiaba Magisterio me lo relataban en las clases mis profesores. Además ellos sabían darnos muestras explícitas (eso creía yo) de este tipo de alumnos: tiraban de clase en algunos ocasiones a esos «alumnos malos», les pegaban toques importantes delante del resto de compañeros, les quitaban puntos en la evaluación por ser «malos» en clase, o por no traer los trabajos hechos correctamente o un sinfín de situaciones más en las que sobresalían “los malos”.

En mi experiencia en el Instituto también había visto muestras de que existían ese tipo de alumnos. Cuando los profesores conseguían detectarlos, les ponían la etiqueta y eso les preparaba para ser la diana de algunas expulsiones, de comentarios entre los profesores o incluso eran los protagonistas de «quiero hablar con tus padres».

Y bueno, así estudié y me formé, rodeada de «alumnos malos». Hasta que empecé a trabajar al lado de dos monstruos de la educación, dos personas que han conseguido revolucionar durante su vida conceptos demasiado establecidos en conceptos de educación: Ángel López y Daniel Vidal. Ambos dos pedagogos, ambos dos creadores de uno de los proyectos educativos más potentes que se ha creado en Europa. Ambos dos habían ejercido como profesores, educadores y directores durante más de 30 años en una Universidad laboral en la que permanecían más de 5000 alumnos internos varios meses. Esto año tras año con lo que imagina los miles de cambios de impacto que han sido capaces de provocar en la vida de miles y miles de alumnos, después de haber lidiado con problemas de conducta, de actitud, de habilidades, etc. Después de haber cambiado tantas vidas, yo sabía que podía confiar en los aprendizajes que recibiera de ambos…¡Y así fue!

Justo el título de este post es una de las mejores cosas que he aprendido de ellos: NO EXISTEN LOS MALOS ALUMNOS.

Claro está que este aprendizaje nos llevaba como docentes a una consecuencia que a primera vista parece no dejarnos en buen lugar: si la diada profesor-Alumno no funciona, y el Alumno no es «el malo» solo me queda una opción: yo como docente. No me refiero a ser “mal” docente como una simple etiqueta sino al hecho de que cuando que a veces actuamos de forma incompetente. Cuando hablo de incompetente, me refiero a que en esas situaciones en las que noto que no he llegado a un alumno determinado o que no he conseguido crear la sintonía apropiada, es porque no tengo TODAVÍA la suficiente competencia para llegar a ellos. A veces me faltan habilidades, otras conocimientos, en otras ocasiones podría hacer necesitado otra actitud, lo que está claro es que no he llegado a ese alumno.

Desde el día que aprendí esto, cambió radicalmente mi forma de entender la educación, mi forma de entender a los alumnos y la forma de entenderme a mí misma como docente. En cada una de mis formaciones intento llegar a cada uno de ellos y es cierto que en algunas ocasiones no lo consigo. A veces hay alumnos que sienten que no les he aportado nada, o que la clase no les ha provocado ningún cambio interesante o no les ha gustado o que incluso les he aportado algo que valoran como negativo y en todos esos casos me hago la misma pregunta: ¿qué podría haber hecho de forma diferente para que esta persona hubiera sacado partido, hubiera disfrutado y se hubiera desarrollado?

Y a partir de ahí, aprendo para el futuro y continuo hacia delante esperando tener pronto una ocasión muy próxima en el futuro para poner en práctica lo aprendido.

¿Y tú todavía piensas que hay alumnos malos?

En el próximo post te contaré algunos ejemplos de cómo muchas veces, sin darnos cuenta, podemos habernos creído el mito de los “alumnos malos”.

 

Reme Egea_Formación para docentes

Reme Egea

Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.

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