26 Abr La mejor zona de estudio para un alumno: el salón
La mejor zona de estudio para un alumno: el salón
Muchos de nosotros nos hemos criado con una idea que compartían los especialistas en educación de nuestra infancia, nuestros maestros, el psicólogo del colegio y casi cualquier pedagogo que se cruzaba en tu vida. No sé si recordarás aquellas pautas que dentro de las técnicas de estudio recomendaban encarecidamente muchos profesionales:
“Es de vital importancia para que sus hijos superen con éxito sus estudios, que tengan una zona reservada para ellos en su propia habitación. Esa zona de trabajo les permitirá concentrarse y sacar partido a las horas que pasan estudiando”.
Y bueno, estas recomendaciones y otras muy similares, llevaron a que muchos compañeros míos tuvieran esas bonitas habitaciones con una mesa, una silla móvil con la que podías pasearte a caballo de la misma por la habitación, un foco que iluminaba el área de trabajo y todos los materiales necesarios para sacarle punta a tus notas.
MUCHAS COMODIDADES Y FORMAS DE ESCAQUEARTE DEL ESTUDIO
Curiosamente yo envidiaba esas preciosas áreas de estudio que tenían gran parte de mis compañeros, pero si te tengo que ser sincera, no envidiaba sus notas. Daba la sensación de que cuanto más espectacular era su área de estudio, peor eran sus notas… Y es que posiblemente esta fuera una forma perfecta de escaquearte de la parte dura del estudio:
– La silla tan agradable permitía relajarse hacia atrás mientras pasaban algún que otro minuto disfrutando de planear el próximo fin de semana.
– El espacio tan acogedor dejaba divagar la mente y ser creativo con cosas más interesantes que estudiar matemáticas.
– Ese foco de calor agradable en el invierno permitía entrar en un agradable estado de somnolencia.
– El silencio de la habitación permitía hacer pequeñas microsiestas o incluso con un par de pasos podías estar en la cama disfrutando de una espectacular siesta de dos horas.
Y seguro que muchos otros placeres que ni se me ocurren…¡yo no tenía una de estas habitaciones!
MI EXPERIENCIA FUERA DE TODAS LAS RECOMENDACIONES
Mi experiencia creo que fue muy distinta. Sabía que nos salíamos de la norma porque parece que nada se correspondía con lo que los especialistas recomendaban:
– “Siempre el mismo espacio”: no era mi caso. Unas veces hacía los deberes en el comedor de mi casa, otras en la “salita” ese lugar donde la familia compartía un ratito de tele, otras veces en casa de mi abuela o incluso en la biblioteca del pueblo.
– “Mejor que esté sola en la habitación”: evidentemente no era mi caso porque estuviera donde estuviera siempre había gente: mi hermana haciendo sus deberes, mis padres comentando el día, mi bisabuela contando sus batallitas o incluso medio pueblo en la biblioteca.
– “Debe de haber silencio”: tampoco se cubría este principio porque cuando no estaban mis padres, estaba la tele puesta, cuando no, entraba mi abuela o incluso sonaba música de la vecina del tercero que practicaba con el clarinete.
– “Que tengan un buen foco de luz”: pues tampoco era mi caso. Unas veces había luz natural, otras la lámpara de pie o incluso en casa de mi abuela había que encender todas las luces para poder hacer media suma.
En aquel momento yo no era consciente de la oportunidad de que saltarse estas normas por parte de mis padres iba a suponer una de mis ventajas profesionales más importantes. Yo envidiaba aquellas bonitas habitaciones con zona de estudio, sin darme cuenta de que aquello podía suponer el que te criaras dentro de una burbuja de la que sería difícil salir.
VENTAJAS DEL SALÓN COMO ZONA DE ESTUDIO
Ahora que ha pasado el tiempo y puedo valorar con objetividad los distintos contextos de estudio, estoy convencida de que mi experiencia atípica me ha supuesto el mejor entrenamiento que podía haber tenido para adaptarme a mil y unas situaciones de trabajo distintas.
Aquellas sillas tan incómodas, ese entrar y salir de gente, las interrupciones, timbres que sonaban, el ruido de fondo de la televisión, mi bisabuela contando sus historias, Barrio Sésamo sonando de fondo, mi abuela preparándome la merienda, mi hermana preguntándome lo que no entendía, mis amigos llamando a la puerta para jugar,…todo ello consiguió desarrollar en mí una serie de habilidades importantísimas:
- Hoy en día soy capaz de crear mi propia burbuja de trabajo en cualquier espacio y bajo cualquier situación. Un tren, un aeropuerto, la sala de espera de un dentista, una cafetería, un parque, cualquier lugar es bueno para trabajar.
- Puedo trabajar perfectamente en coworkings o en una oficina compartida, rodeada de otros proyectos y equipos sin desviarme ni un minuto de mi objetivo.
- Tengo la capacidad de enfocarme en segundos. Abro un libro o un documento o simplemente un correo y en solo 5 segundos estoy completamente metida en el contenido del mismo.
- Pueden pasar miles de personas, sonar música de cualquier tipo, escuchar ruidos extraños que nada de esto me aparta de lo que estoy trabajando.
- Soy capaz de darle eficiencia máxima a 5 minutos: no soy de los que dicen “total por 5 minutos no me pongo”. Para mí en este momento de mi vida, 5 minutos me dan para contestar a varios correos, para trazar las primeras líneas de un proyecto o incluso para desarrollar el esqueleto de este post.
Con esto tan solo me queda dar las gracias a todos aquellos padres que por unos motivos u otros tuvieron que saltarse la norma. Me encantaría hacerte pensar como docente (o como padres/madre que me estés leyendo) la posibilidad de romper con este mito: el mito de la zona de estudio.
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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