12 May El arte de la persuasión en las aulas

¿Por qué hay profesores que son capaces de captar la atención? ¿Por qué hay maestros a los que sientes que podrías escuchar durante días y días sin llegar a aburrirte? ¿Por qué hay entrenadores que son capaces de sacarte fácilmente de tu zona de confort?

Muchos de esos formadores conocen consciente o inconscientemente el arte de la persuasión. Digo inconscientemente por un motivo: si tú eres uno de ellos es posible que no sepas explicar claramente “por qué” la gente sigue tus clases, se apasiona con ellas, las disfruta y vive tus explicaciones como si viera todo lo que le vas contando.

A lo largo del día recibimos miles de mensajes a través de medios de comunicación, a través de las incontables conversaciones que tenemos en el trabajo, en la escuela, en casa, en el aula, con los amigos, en la cancha deportiva, etc. Y todos estos mensajes tienen en sí mismos el potencial de persuadirnos, de movernos a la acción, hacernos pensar, sentir…¿Pero qué es lo que hace que unos lo consigan y otros no? O mejor dicho, ¿qué es lo que tienen algunos formadores, maestros, entrenadores que consiguen “tocarnos” de ese modo?

Seguro que cada uno de ellos posee unas características u otras pero hay ciertos aspectos que les pueden resultar atractivos y persuasivos a nuestros alumnos o aprendices. Un educador, un formador, un maestro, nos convertimos en medios de información, de comunicación, con el “poder” de orientar y determinar el sentido de lo que harán, pensarán y sentirán nuestros alumnos. Sin ser conscientes, podemos condicionar la percepción de ellos por lo que tenemos una gran responsabilidad en saber conscientemente cómo utilizamos nuestra capacidad persuasiva.

Analizando mi experiencia, y pensando en todos esos maestros y formadores a los que he visto realizando su trabajo diría que hay ciertos aspectos comunes que los hace ser más persuasivos que el resto:

La pasión con la que hacen su trabajo. El lunes para ellos no es el peor día de la semana sino que es una gran oportunidad para continuar disfrutando del trabajo que les apasiona. Notas que viven su trabajo, que lo sienten y piensan que están en el lugar perfecto, en el momento perfecto.

La generosidad. Otro aspecto que te permitirá detectarles es la capacidad de darse a sus alumnos. Para este tipo de profesores la clase no empieza y acaba con los horarios que marca el calendario oficial. Para ellos su clase continua más allá del horario establecido, puede continuar en una de sus pausas, los fines de semana o cada vez que un alumno lo puede necesitar. Un pequeño gesto de este tipo no es que persuada al alumno por un día…¡lo persuade el resto de su vida!

Atractivo. No, no pienses que me refiero a si eres un modelo de revista o si tienes cuerpo de deportista, para nada (también he tenido profesores de ese tipo…¡jejeje!). No me refiero a esa belleza física definida por unos cánones sociales y modas que pasan de moda. Con atractivo me refiero a que suelen tener algo que nos engancha: por ejemplo los profesores que ríen y sonríen habitualmente se meten a sus alumnos en el bolsillo mucho más fácilmente, otros tienen miradas tan atentas y respetuosas cuando habla un alumno que es imposible no fijarse en ello, o incluso voces que te cautivan, voces de esas que fueron justamente inventadas para captar miradas de aprendices.

Gente con recursos. Estos maestros de la persuasión tienen capacidad de sacarse un as de debajo de la manga. Son capaces de conectar un conocimiento difícil de entender con la historia más increíble que hayas escuchado jamás. Si necesitan captar tu atención son capaces de subirse encima de la mesa o acostarse en medio del aula, o de repente si el espacio se volvió aburrido, pueden crear su propia aula en medio de la plaza más transitada de la ciudad.

En definitiva, para estos grandes profesionales la persuasión no es un arte para engatusar ni venderle nada a nadie, para ellos la persuasión es una parte de su comunicación y relación con los demás. Para ellos, la persuasión se convierte en una herramienta útil y positiva para lograr los cambios en sus alumnos y hacerles crecer a nivel personal. Para estos grandes, la persuasión es una forma de vida. Es una herramienta con la que consiguen que el simple hecho de compartir una clase con él o ella, te dé la sensación de que merece la pena estar vivo.