29 Jun ¿Qué pasa cuando le dices a un alumno que es una persona bonita?

A veces no es preciso decir directamente con palabras que una persona es bonita sino que puedes decirlo con tus acciones, con tus gestos, con el cuidado de la interacción misma, etc. No obstante de vez en cuando podría ser muy interesante probar este mismo experimento con tus alumnos:

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En el experimento, puedes apreciar distintas grabaciones en las que la investigadora le dice a los participantes que está haciendo fotografías de algo bonito y a partir de ahí se estudian las distintas reacciones que pueden tener las personas que reciben estas palabras.

Curiosamente, he observado entre mis alumnos, tengan la edad que tengas, que la necesidad de reconocimiento es algo completamente humano. No me preguntes por qué pero creo que cada ser humano que conozco necesita ser importante para alguien del mundo y desde las aulas es un tema que se puede trabajar. Hay personas que suelen decir que no necesitan ningún tipo de reconocimiento pero curiosamente cuando lo reciben, reaccionan de formas realmente curiosas. Concretamente en el experimento realizado nos podemos encontrar con alguna de estas reacciones:

– Vergüenza:

la persona no sabe demasiado bien cómo encajar el reconocimiento porque posiblemente no esté muy entrenada para ello.

– Incredulidad:

hay personas que necesitan que se les repita varias veces porque consideran que lo que están escuchando no es real.

– Enfado:

puedes encontrar incluso reacciones tensas porque la persona llegue a pensar que incluso te estás burlando de ella. En este caso es posible que esté mucho más acostumbrada a recibir críticas que no un reconocimiento positivo.

– Sensibilidad:

en algunos casos podemos ver incluso que el reconocimiento le arranca a la persona alguna que otra lágrima ya que siente que llega a emocionarse con las palabras del otro.

– Aceptación:

puede que sea la reacción menos habitual ya que como comentábamos, no estamos nada acostumbrados a este tipo de reacción.

Y todas estas reacciones se pueden explicar por el hecho de que desde que somos muy pequeños parece que cada vez que nos equivocamos en algo el mundo nos lo hace saber. Recuerdo que cuando era pequeña si hacías alguna trastada en el colegio (y yo tengo acumuladas unas cuantas) antes de salir de clase tus profesores te pegaban el toque, llegabas a tu casa y recibías el puro de tu madre, después el de tu padre cuando llegaba de trabajar y si en ese momento pasaba una vecina por casa, hasta ella te pegaba el puro. Pero, cuando hacemos algo positivo, ¿también nos lo dicen tantas veces? Lo más habitual es que pueda pasar desapercibido.

Desde las aulas podemos provocar cambios muy positivos en ese punto, dedicar palabras a nuestros alumnos que les hagan creer en sí mismos, que les hagan más fuertes antes situaciones complicadas, y es que muchas veces con una simple palabra podemos hacer que sientan toda esa confianza que es muy posible que lleven años sin sentir.

Es cierto que a veces te puedes encontrar con chavales a los que es difícil reconocer algo ya que en el día a día hacen muchos puntos para recibir críticas de sus profesores, pero…¿seguro que no hacen nada en positivo? Uno de los pedagogos a los que más admiro, Ángel López, me enseñó que si buscamos siempre podemos encontrar algo que reconocer a un alumno aunque sea, como él dice, que va «bien peinado». Si aprendemos a encontrar esos pequeños detalles que reconocer seguro que empezamos a crear muchos más cambios positivos de lo que creemos.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.