23 Nov Que quieran los que no quieren (Parte1)
¿Cómo conseguir que quieran los que no quieren?
En un aula no siempre están todos los que querrían estar y a veces tenemos a aquellos a los que no se les preguntó si querían participar, es decir, tenemos a gente que no quiere estar allí. Y con esto nos referimos tanto al mundo de los niños y jóvenes en la formación reglada como al mundo de los adultos en las empresas.
Nos podemos encontrar en alguna situación a un niño que no eligió ir al colegio y que preferiría estar en cualquier otro lugar; o un joven al que sus padres obligan a continuar formándose más allá de los estudios obligatorios; o incluso un mando intermedio que se siente obligado a acudir a una formación en su empresa.
Este puede ser el punto de inicio, alumnos que no quieren estar en el aula pero en función de la gestión que hagamos de esta situación, podemos invertir completamente la situación. No es la primera vez con la que nos hemos encontrado un alumno que demuestra desde el minuto 1 que es su jefe quien le ha enviado (y casi en contra de su voluntad), pero curiosamente este alumno es el que se quedará el último día para decir: “Si te digo la verdad ahora me alegro de que mi jefe me obligara a venir a este curso”. Para mí, saber que un alumno no quiere estar allí, se convierte en uno de los retos más apasionantes de la formación.
¿Te gustaría saber cuáles son nuestras claves para “reconvertirlo”?
Hoy compartiremos algunas de estas claves y en el siguiente post, unas cuantas más.
CLAVE 1: CREER QUE PUEDES INVERTIR LA SITUACIÓN
Cuando nos encontramos con este tipo de alumnos que no quieren estar ahí, lo primero que hacemos es creer que no es una situación invariable sino que gestionando de forma ingeniosa los tiempos, los espacios, la metodología y las situaciones que se producen en un aula se puede conseguir. Si partimos de que el alumno no va a cambiar, nos estamos quitando también gran parte de nuestro poder a la hora de hacer las cosas diferentes haciendo que estas cambien. En el caso de que no se nos ocurra una forma de hacer cambiar la situación, una opción útil sería pensar en alguien que consideremos que sí puede hacerlo, ya sea de nuestro contexto profesional o de cualquier otro.
En ese caso le plantearíamos la situación y le pediríamos su opinión al respecto. Es muy fácil que por tener “los ojos frescos” nos de opciones que hasta el momento no se nos habían ocurrido.
CLAVE 2: HACERLES PARTÍCIPES DE LA CREACIÓN DE NORMAS
Si algo puede hacer sentir incómodos a este tipo de alumnos “que no quieren” es que les impongan normas sin consultarles ni tenerles en cuenta. Por este motivo será muy útil que construyamos conjuntamente las normas o parámetros entre los que tendrá lugar la formación ya sea en cuanto a la gestión de lo que ocurre en el aula, los tiempos, la forma de intervenir, etc. Esto no significa que la creación de normas tenga que estar en las manos de los propios alumnos sino que nosotros podemos proponerlas y explicar los motivos de la misma, escuchar sus aportaciones y hacer los cambios pertinentes.
CLAVE 3: ATENDER A LA INDIVIDUALIDAAD
Cada persona que forma parte del grupo es especial, única e irrepetible y por ese motivo intentamos descubrir exactamente qué es lo que la diferencia del resto. En esa individualidad vemos diferencias en la forma de pensar, de sentir, de hacer, en los intereses personales y objetivos que tiene en la vida, en sus valores, en sus habilidades, y descubrir parte de todo esto nos permitirá construir una clase en la que sea más fácil que los alumnos “quieran”.
CLAVE 4: LIBERTAD
Esta es otra de las pautas que intentamos mantener al máximo puesto que si alguien está “obligado” en un lugar y además le insistimos para que participe de algún modo, es fácil que aumentemos sus resistencias. Por este motivo es útil dejar cierta libertad, cierto espacio para poder decidir hasta qué punto se quiere involucrar. Curiosamente cuando les dejamos a los alumnos la libertad para participar o no, acaban aportando mucho más de lo que imaginamos.
CLAVE 5: RESPETO MÁXIMO
Sin ninguna duda hay que mostrar el máximo respeto hacia cualquier persona a la que nos dirigimos pero un alumno que “no quiere estar”, todavía atenderá con mucho más detalle a estos aspectos. Para cumplir esta pauta es útil recordar como premisa que no somos ni más ni menos que los alumnos con los que compartimos la clase: nosotros tenemos un rol y ellos tienen otro, tan simple como esto.
La próxima semana continuaremos compartiendo contigo nuevas pautas para hacer que quieran los que no quieren.
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Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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