13 Oct Capacidad de dar más allá – Profesor Robin Williams
En esta ocasión, le tocó ser protagonista y ejemplo de gran docente, a un “profesor de cine”. No me refiero a esa expresión que se utiliza de forma metafórica sino de literalmente.
El mundo del cine ha conseguido darle vida a muchos profesores, entrenadores y maestros increíbles que han tocado nuestras emociones de una manera especial. Tanto es así que hay películas que aunque las vieses 20 veces, continuarían produciendo estos efectos. Un ejemplo de ellas es la mítica película de «El club de los Poetas Muertos» (Dead Poets Society) con Robin Williams como protagonista principal. ¿La has visto? Lo más seguro que lo hayas hecho incluso más de una vez… ¡yo me sé hasta parte de sus guiones!
La película nos hace revivir las experiencias de un profesor de literatura con un grupo de alumnos durante 1959 en la Welton Academy (Vermont) una institución de gran prestigio. Utilizando el recurso de la poesía, el profesor inspira un cambio en el la historia de vida de cada uno de sus alumnos.
Como podemos ver a lo largo de la película, hay muchos atributos y aspectos que caracterizan a este profesor pero hay algo que lo hace realmente significativo para sus alumnos: la capacidad de dar más allá. Él no mira su contrato laboral para ver cuáles son sus responsabilidades en el trabajo, cuántas horas tiene que dedicar o en qué horarios, tampoco se adapta a lo que serían sus roles asignados, sino que aporta desde el minuto 1 todo lo que está a su alcance.
No es un profesor cualquiera sino uno de esos docentes que están dispuestos a poner cualquier extra para que cada uno de sus alumnos se desarrolle y aprenda significativamente. Evidentemente se puede “llegar más allá” con acciones muy distintas, ¿pero con qué acciones reales nos muestra esta increíble capacidad?
1. Ir mucho más allá:
Se supone que la asignatura que tiene que impartir a sus alumnos es Literatura pero lo que él les da es realmente formación, educación, desarrollo, algo que va mucho más allá; les permite a cada uno de ellos aprender a ser mejores como seres humanos, les da opciones en cada encuentro para aumentar sus recursos y habilidades.
2. Luchar por sus sueños:
Cada día que sus pies tocan esas aulas, lo vive como una oportunidad para hacerles luchar por sus sueños, por sus objetivos vitales, por aquello que hace que la vida merezca la pena ser vivida.
3. Atrevimiento:
Les da clases de atrevimiento, de superación personal, de «caradurismo» y todo con su propio ejemplo, siendo él el primero en saltarse normas y convencionalismos. ¿Por qué no arrancar las primeras páginas del libro de poesía cuando no sirven para nada? ¿Por qué no subirse encima de una mesa para llegar a “levantar” la voz?
4. Hace que dejen atrás sus miedos:
Busca continuamente una forma de hacerles llegar más allá con sus miedos, conocerlos, traspasarlos, superarlos y sacar cualquier aprendizaje posible de los mismos.
5. La mejor versión:
Y con todo ello consigue desarrollar la mejor versión de sí mismos de cada uno de ellos, dando todo lo que puede de él mismo, sus recursos, su tiempo, sus esfuerzos, su paciencia, su valentía.
Resultado: les hace llegar mucho más allá de cualquier lugar que ellos habrían imaginado el primer día de clase.
Sé que no es fácil desarrollar esta capacidad porque necesitas una creatividad sin límites para crear las situaciones óptimas. Sé que necesitas de una paciencia y capacidad de observación sin igual para adaptarte a cada uno de esos alumnos. Sí, se necesita hacer un gran esfuerzo, pero vale la pena tan solo por ver los resultados que día tras día va consiguiendo Robin Williams: alumnos fascinados en sus clases, una motivación que llega a ser contagiosa, alumnos que después de años consiguen superar sus más profundos miedos, alumnos que hacen realidad sus sueños y un disfrute mutuo que hace crecer tanto a su profesor como a cada uno de ellos.
Creo, que al menos, vale pena intentarlo.
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