06 Abr Bullying: aproximación a un caso real
Hoy voy a hablaros de un tema que me parece trascendental, un tema de estos que pueden cambiar nuestra sociedad, un tema que espero que no te deje igual que llegaste, un tema de esos por los que he luchado, lucho y lucharé: el Bullying.
EL COMODÍN DE LA LLAMADA
Hace un par de días uno de los gerentes de formación con los que trabajo me llamó con un SOS. En pocas palabras se trataba de un SOS sin contenido todavía pero sin duda algo importante: un chaval de su centro de estudios se había acercado a su despacho y con los ojos en lágrimas, y con una voz temblorosa le había dicho: «necesito hablar con alguien, urgentemente«. En ese momento, el gerente no había tenido valor para decirle que el centro no tiene psicólogos por lo que aprovechó el comodín de la llamada a los amigos: «Reme, ¿podéis hablar con uno de mis chicos? Es que parece que tiene muchos problemas«. Aunque claro, era más bien una pregunta retórica…
HISTORIAS EN PRIMERA PERSONA
Eran las 16’15 horas. Pregunté en la clase por su nombre y apellido pues era lo único que conocía. El chaval salió del aula, con la cabeza cabizbaja, con el miedo asomándose por las mangas de su camisa y sintiendo que aquella chica a la que ni conocía, podía convertirse en su única esperanza. Y cuando digo única, quiero decir única. Una esperanza, solo una.
FRASES QUE NO SOLO CUENTAN
Nos sentamos en un aula cercana, vacía, donde nadie pudiese molestarnos. Un aula en la que no hubiese que esconder lágrimas si estás decidían venirse a la reunión. Y a partir de ahí un discurso que había ensayado una y otra vez en las últimas 24 horas para que pareciese elaborado y consistente. Pero ese discurso no era tan solo un discurso sino un grupo de frases cargadas de vida, de dolor, de sentimientos:
«Creo que he sufrido bulling desde siempre, desde que iba casi a la guardería».
«Yo les contaba a mis profesores pero parecían no escucharme».
«Mi madre me dijo que ella tenía demasiados problemas, que no hacía falta que le contase los míos».
«Cada vez que alguien me rechaza o me aparta se abre toda esa puerta de dolor, como si no pudiese olvidar todo lo vivido».
«En momentos así sufro muchísima rabia, rompería lo que fuese pero prefiero llorar».
«No tengo amigos pero es que no sé nada de habilidades sociales, con que no sé hacer amigos».
«No siento, no siento nada por nadie».
«Empecé a ir a un psicólogo hace años y me empezó a funcionar pero mi madre decidió que no hacía falta que fuese más».
«Hay días que voy caminando por la calle y si me atropellase un coche, no me sabría mal».
¿SABES DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA?
Lo tengo clarísimo… El problema no son los acosadores, los niños, adolescentes o jóvenes que le han hecho bulling a lo largo de su vida. Él (ese será su nombre de momento para ti) solo tenía un problema, un único problema resumible en una palabra: NADIE.
NADIE le había dado ni el más mínimo cariño que se le puede dar a un «ser vivo».
NADIE le había enseñado apreciar ni lo más mínimo de sí mismo.
NADIE le había enseñado a hacer amigos.
NADIE había considerado que valía lo suficientemente la pena como para ayudarle.
NADIE le había mostrado mínimamente valoración o cariño.
NADIE le había hecho creer en la vida, ni en los seres humanos.
NADIE le había dedicado ni un minuto de interés auténtico y real.
LA GRAN OPORTUNIDAD
Otro día te contaré como este “él” va evolucionando en el día a día a través de distintos experimentos y experiencias vividas a su lado. De momento tan solo te diré que aquel día sentí toda la responsabilidad en el cuerpo de que ante mí se abría un reto demasiado grande pero a la vez una oportunidad tremenda: cambiar todos esos NADIES por un humilde y simple ALGUIEN.
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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