10 May 13 formas para recoger información de tus alumnos
Si hay una premisa desde la que funcionamos en Con los pies en el Aula, es que para que nuestras clases toquen en profundidad a nuestros alumnos, para que les transformen y provoquen cambios necesitamos adaptarnos a ellos, A TODOS Y CADA UNO DE ELLOS. Igual te preguntas…¿y si tengo 25 necesito adaptarme a 25? Exactamente a eso es a lo que nos referimos.
A veces alguien me plantea que no tiene tiempo de conocerles a todos que la clase tiene 40 alumnos y que en un curso no puedes conocerles en profundidad. Con todo respeto, déjame dudarlo. Por mis manos pasan en un año cerca de 500 alumnos y además durante formaciones que a lo mejor tan solo duran 12 horas y te puedo asegurar que a todos ellos no los conozco con profundidad pero también te puedo asegurar que de 50 de ellos sabré sus aficiones, sus situaciones familiares, sus sueños, sus miedos y otras mil informaciones que me nos permiten a todo el equito adaptarnos y crear cambios potentes en ellos.
Me hace gracia que a nivel escolar hablemos de situaciones especiales en las que se hacen ACIs (adaptación curricular individualizada) pero…¿no debería ser esta una de las premisas de la educación? Desde nuestro punto de vista cada alumno que pasa por nuestras aulas, debería tener parte de esas adaptaciones.
Y bueno, si eres de los que piensa que siempre podemos adaptarnos más y te apetece conocer formas de recoger información para ello, te doy algunas pistas que al menos a mí me resultan muy útiles:
- Conoce sus gustos musicales: esto te puede ayudar a crear un repertorio de música para momentos en los que tengan que trabajar en equipo, hacer tareas artísticas o simplemente desconectar de la materia. Este repertorio lo crearías a partir de las músicas favoritas de cada uno de ellos.
- Cuál es su película favorita: si conoces sus películas favoritas siempre podrás utilizar escenas de las mismas para transmitir o trabajar algún concepto de las clases.
- Qué lugar ocupan entre sus hermanos: puede darte información de vivencias personales, de dificultades que tengan en su día a día o de apoyos que pueden utilizar. Esto te puede ser útil para interpretar sus emociones en el día a día.
- Conoce sus historias familiares: ¿tienen madre?, ¿padre?, ¿están juntos o separados? ¿Tienen abuelos?: esta información te permite abrir las opciones cuando estás explicando y que todos se sientan de alguna manera identificados. Por ejemplo, puedes poner un ejemplo sobre «el padre» y que alguno de ellos no haya pasado nunca por la experiencia de tener un padre porque su madre haya decidido ser madre soltera.
- Saber quién o quiénes son sus mejores amigos: esto te da información sobre el apoyo social que pueden tener o te puede hacer previsiones de cómo crearán los equipos de trabajo cuando haya que hacer trabajos colaborativos.
- Conocer sus miedos: esto te permite saber cuánto y a qué ritmo puedes exigirles. Al conocer sus miedos puedes ayudarles progresivamente a superarlos y salir de su zona de confort. Por ejemplo, si a alguien le da miedo hablar en público no vas a exponerlo el primer día ante todos sino que irás creando aproximaciones graduales que pueda superar.
- Conocer sus espacios favoritos: si conoces los lugares en los que se sienten más cómodos podrás hacer parte de tus clases en esos espacios. Como hemos visto muchas veces, un aula es algo que va más allá de cuatro paredes. Una cafetería tranquila podría ser un aula perfecta, una playa, un taxi, un parque o incluso el pasillo que lleva a tu clase.
- Conocer sus sueños: el hecho de conocer los sueños, los objetivos, aquello que les apasiona te permitirá elegir temáticas para tus clases que aumentarán su nivel de atención en la misma. Por ejemplo si a siguen le gusta la historia de Grecia podrás explicar algún concepto de tu materia con ejemplos. Da igual que enseñes matemáticas, educación física, habilidades directivas o música, seguro que encuentras formas de crear paralelismos.
- Con quién comparten el tiempo libre: en este punto me refiero a la información que te puede dar ver cómo comparten el tiempo libre de las clases. Si son niños el recreo o si son adultos la pausa de café, todo ello te da información de su capacidad para relacionarse con otros, el lugar que ocupa en el grupo o incluso ciertas problemáticas de discriminación que podrían existir.
- Conocer sus aficiones: esta es una de mejores formas de adaptar tus clases ya que te puede dar una información muy útil a la hora de poner ejemplos, de utilizar metáforas o incluso de conocer ciertas habilidades que pueden aprovechar para tus clases.
- Saber dónde les gustaría viajar en su vida: muchos de nuestros alumnos tienen lugares mágicos a los que les gustaría viajar y conocer estas aspiraciones te da la oportunidad de retarles, de provocarles y ayudarles a que se esfuercen para estar más cerca de aquellas ilusiones.
- Conocer sus propias etiquetas: saber cómo se definen y etiquetan a sí mismos te da información de sus propias etiquetas. Esto te permite conocer sus fortalezas y sus áreas de mejora y ayudarles a superar esas etiquetas que en muchas ocasiones han sido «colgadas» por otros.
- Saber qué quieren ser de mayores: no nos referimos solo al caso en que los niños deciden una profesión u otra sino a los adultos que también tenemos ideas de aquello que queremos para nuestro futuro. Esto te permite relacionar aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que pueden conseguir en tus clases con su futuro y por tanto, aumentará el significado.
Sin ninguna duda, cuando de un alumno descubres toda esta información, te resultará mucho más fácil adaptarte a él o ella y crear situaciones de enseñanza-aprendizaje en las que se vea totalmente identificado.
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto Train The Trainers, Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.
Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.
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