23 May 10 ideas de cómo la escuela puede acercarse a los padres

¿En qué parte estás: en la de los profesores o en la de los padres? ¿O incluso en ambas? No sé en qué parte estás y mucho menos DE QUÉ PARTE estás, lo que sé es que en los últimos años tengo la sensación de que la educación se ha convertido en una lucha “DE PARTES”. Lo peor de esta lucha es que los que pagan las consecuencias siempre son los mismos: los alumnos que están en medio.           

Creo que es un buen momento, para que a nivel educativo, nos planteemos como cada una de estas partes puede poner su granito de arena a la hora de aproximar posiciones. Buscar nuevas formas de colaboración no solo hará más eficaz el proceso de enseñanza-aprendizaje sino que además hará crecer positivamente a estos niños que al fin y al cabo es el punto óptimo de la educación.

Vamos a ver qué ideas se nos ocurren para hacer este acercamiento posible por parte del docente:

1. Valora las individualidades de los niños: haz sentir a cada padre y madre que sus hijos son distintos al resto y que solo por este motivo eres capaz de adaptar tu enseñanza a cada uno, tus metodologías, tus formas de comunicarte, de crear opciones para que se motiven, de tenerlos en cuenta. El simple hecho de que le demuestres al padre/madre que sabes mucho más de su hijo de lo que cree, hará más respetable y admirable tu trabajo.

2. Entrevístate con los padres para saber las peculiaridades de cada niño: me parece curioso sobretodo en niños pequeños que están escolarizados , que el profesor no haya dedicado una reunión de 15 minutos para que le cuentes quién es tu hijo. Una breve reunión de este tipo tiene un potencial increíble porque no solo aprendes cosas de tu alumno, sino puedes saber cómo funciona su sistema familiar, en qué pueden estar fallando, dónde puede necesitar más apoyo, qué visión tienen de su hijo, de la educación y de otros temas que te puede resultar muy útiles.

3. Anticípate a los problemas y haz partícipes a los padres: en muchas ocasiones veo que el docente hace partícipe a los padres cuando ya es demasiado tarde y no hay solución. Pueden ser situaciones relativas a temas muy distintos: sus estudios, el comportamiento en clase, la interacción con los compañeros, situaciones de acoso, etc. Si en cualquiera de estas situaciones se trabaja en común con los padres, todas las partes somos partícipes desde el inicio a la hora de buscar soluciones y seguro que tres mentes piensan más que una.

4. En cada encuentro ves con la actitud de buscar soluciones y no de buscar culpables: cuando llega el problema, sea el que sea, lo primero que suelen hacer las partes es buscar culpables, en vez de orientarse a buscar soluciones. Si te vas a reunir con los padres para comentar cualquier problemática sería útil que no vayas con las manos vacías sino que llegues con unas cuantas soluciones: “Este es el problema que me he encontrado…..Le he estado dando muchas vueltas y se me ocurren estas soluciones….Sé que igual no son las mejores, pero son las que se me han ocurrido, ¿se os ocurre una mejor solución?”. Seguro que este planteamiento nos lleva mucho más lejos que la búsqueda de culpables.

5. Reconoce el trabajo  bien hecho de los padres: los padres no nacen sabiendo hacer la tarea de padres por lo que es fácil que se equivoquen en el proceso de aprender a ser padres. En ese camino es muy útil que refuerces todo aquello que estén haciendo bien y que se vea en conductas, comportamientos o autoestima del propio niño. El simple hecho de reconocerles su trabajo, permitirá que lo continúen haciendo de ese modo con el niño.

6. Ten una mente abierta en cuanto a tipos de familia: cada vez es más habitual que las familias no estén conformadas por un padre, una madre y un hermano o hermana. Hoy en día tenemos muchos niños que tienen dos madres, o dos padres o incluso sus padres están divorciados y tienen otras parejas. Es importante que te des cuenta de que no hay formatos de familia correctos o incorrectos sino que lo más importante son las interacciones que mantienen con el niño, los sentimientos que comparten con él, la ayuda que le prestan y como lo motivan a continuar disfrutando y aprendiendo de la vida. Con que…¡cuidado con tus prejuicios!

7. No etiquetes: es muy fácil que ante el primer contacto que tengas con los padres, estés tentado a etiquetarles ya sea por su forma de comunicarse, por la interacción que han mantenido contigo o que les etiquetes por sus propias ideas políticas, religiosas o incluso por cómo van vestidos. Estos juicios rápidos pueden dificultar la relación que vas a crear con ellos e incluso la interacción que mantendrás con su hijo por lo que estate atento a no hacer valoraciones rápidas. 

8. No te tomes de forma personal que los padres hayan entrado a Google: es muy habitual que hoy en día un padre tenga sus propias ideas de educación, de metodologías innovadoras o no, de problemáticas que pueda presentar su hijo, etc. Es útil que no te tomes esto como una intrusión en tu trabajo sino que aproveches todo aquello que ya saben para continuar construyendo algo grande con ellos. 

9. Interésate y refuerza los procesos y avances del niño: igual que es útil que compartas con los padres los puntos problemáticos y áreas de mejora de su hijo, es importante que te des cuenta de todos los avances y los compartas con ellos. Tu alegría a ese nivel les alegrará porque verán que no son solo ellos los que buscan una mejora sino que tú también disfrutas de las mismas.

10. Da más de lo que marca tu contrato: tu contrato pone unos horarios, unas responsabilidades, unos roles pero si eres capaz de salirte de ahí para dar más de ti, crearás una interacción perfecta con los padres. Este domingo comíamos en casa de unos amigos que tienen un niño de 2 años. A la hora del café llegó un wasap de la profesora del niño preguntando cómo iba su resfriado. No te puedes imaginar la cara de satisfacción que puso la madre… “¡Un domingo y preguntándome por mi hijo…eso es increíble!”

Espero que como docente te sirvan estas ideas prácticas para continuar contribuyendo junto a los padres/madres a la educación de sus hijos, a su aprendizaje y sobretodo a su felicidad.

Reme es una de esas atrevidas aventureras, de las que luchan por los sueños, una de esas apasionadas que nunca tira la toalla.

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